Hoy en día la competitividad no se da entre empresas de un mismo entorno, provincia o país, hoy la competitividad se ha vuelto global, por ello, el desarrollo de tu negocio también lo tiene que ser.
Una de las formas de mejorar tu competitividad es internacionalizar tu empresa, entiendo la internacionalización como la réplica de tu negocio, o de una parte de él en otro país, más aún si nuestro objetivo es vender en la mayor cantidad de países.
Internacionalización versus deslocalización.
No estoy hablando de deslocalización, durante años y más en el mundo del automóvil, hemos vivido multitud de procesos de deslocalización, grandes compañías con procesos muy sistematizados, donde la mano de obra era un porcentaje alto de los costes, migraban su producción a lugares donde la mano de obra era más barata, obteniendo una reducción importante en sus costes de producción.
Yo hablo aquí de otro proceso, un proceso que te permite crecer en otros países, y que ayuda a mantener el negocio que tienes donde lo tienes. Hablo de replicar el negocio en países donde aproveches la ventaja competitiva concreta del país para poder acceder a mercados donde ahora no puedes, y que tu negocio evolucione, en lugar de deshacerse por falta de competitividad.
¿Pero esto es para todo el mundo?
Desde luego que hay negocios donde el proceso es muy complicado, una persona que dé servicios de fontanería, posiblemente no podrá, pero quizás si lo pueda hacer un programador de software, sin irnos a los extremos, realmente no es un proceso para todos los tipos de negocio o empresa, pero si lo es para muchos más de los que creemos a primera vista.
Se trata de una opción seria y viable, a valorar dentro del análisis de oportunidades de cualquier pyme industrial que desee crecer o transformar su negocio actual.
¿Para qué quieres internacionalizar tu compañía?
Esta es la pregunta más importante no éxito en el proceso.
Ante esta pregunta surge un dialogo similar a este:
– ¿Para qué quieres internacionalizarte?
– “para ahorrar costes, ¿no?… ”,
– ¿en serio?, porque lo más seguro es que ya hay otra compañía haciendo lo mismo que tú allí, ¿igual tienes que pensar en comprarle a él?
– “si tal vez,…, pero entonces no controlo el proceso, y estoy en sus manos”….,
puedo estar con esta discusión todo el día, por ello insisto en que hay que hacerse estas preguntas, reflexionar sobre que es lo que realmente queremos, y lo más importante, valorar si la opción que vamos a elegir esta alineada con nuestra visión de negocio.
Valorando tu capacidad.
Partiendo de una claridad de objetivos y un compromiso total, a la hora de valorar tu capacidad de afrontar este proceso, no solo es importante el punto de vista económico, existen otros puntos de vista, aspectos intangibles que tienes que tener en cuenta.
Hay que valorar la capacidad como equipo de estar abierto a otras culturas, abierto a colaborar con personas ajenas a nuestra organización actual, cual es tu capacidad de comunicación, conocer muy bien cuales son tus puntos fuertes, tus puntos débiles, todo esto te permitirá afrontar con mucha mayor facilidad un proceso de este calado.
Aprender de la experiencia de otros.
En este proceso, igual que con cualquier otro, siempre hay alguien que lo pasó antes que tu, por ello, resulta de gran ayuda conocer de primera mano experiencias de otros, y no solo las buenas, también las malas.
Tienes que tomar la iniciativa, preguntar, indagar en los detalles, en cuales eran sus objetivos, cuales han sido los resultados, que cambiarían si empezasen de nuevo, que repetirían, podrás visualizarte a ti mismo y eliminarás muchos de tus miedos iniciales.
Compañeros de viaje.
No es una condición “sine qua non”, todo lo contrario, es una alternativa que tenemos, mi experiencia personal ha sido muy buena, yo he contado con personas que se han convertido en amigos, no te imaginas como allana el camino.
Es recomendable, pero no deja de ser algo personal, puesto que como compañero de viaje hay que compartir visión, obtener beneficios mutuos, y saber que como todo viaje tiene un comienzo y un fin.
¿Todavía crees que tu negocio no es posible internacionalizarlo?