¿Das caña o das cuerda?

 

¿Te has parado alguna vez a pensar si realmente en tu día a día, das cuerda o das caña?, es decir, si animas, empujas, orientas, o por el contrario, criticas, reprochas y te enfadas.

Piénsalo, y no hablo solo en tu relación con colaboradores, sino también con compañeros, con el jefe, con proveedores y clientes, considero que este aspecto es tan importante como los resultados, porque todo lo que das, tarde o temprano lo recibes.

La experiencia del juego.

En una ocasión durante un seminario de gestión de tiempo, realizamos un juego para entender de forma visual, no recuerdo como era toda la dinámica del juego, pero sí recuerdo la parte final y su mensaje.

El juego consistía en deambular por la habitación sin dirección definida, mezclándote con otras personas, mentalmente contabas hacia atrás de 10 a 1, diez, nueve, ocho, siete, …

Así hasta que otra persona, sin saber en que número estabas, sonriendo ponía la mano en tu espalda y simulaba que te daba cuerda, como si fueses un juguete mecánico. En ese momento empezabas de nuevo desde el 10, porque alguien te había dado cuerda, sino no lo hacia, entonces te parabas.

En esa situación, todos podíamos estar paseando por la sala, porque uno u otro nos dábamos cuerda, de alguna forma nunca estábamos parados.

Todos formamos parte de algo.

De ahí obtuve mi primera lección, y es que todos, estemos donde estemos, somos partes de un equipo, sistema, de una sociedad. Todos podemos “dar cuerda”, podemos animar, ayudar y empujar a otros, a la vez que simplemente con una actitud pasiva, podemos “dar caña”.

Partimos de la base de que solos no podemos alcanzar nada, que por mucho empuje, conocimiento, tesón que pongamos, necesitamos del apoyo de otros para conseguir nuestros objetivos, así mismo, ellos necesitan el nuestro.

De esta forma, si todos somos conocedores de lo anterior, ¿por qué existen tantos desencuentros, tantos problemas y sobre todo, tanta desmotivación dentro de las empresas?

La respuesta a esta pregunta es complicada, porque aunque sí que conocemos que estamos en un sistema, la forma en que nos comportamos dentro de él no siempre es tan abierta, sincera y libre de prejuicios, como practicamos en el juego.

Cualidades clave para saber “dar cuerda”.

Con independencia del lugar que ocupes dentro de un sistema, hay una serie de cualidades, que su desarrollo, hace mucho más sencillo el hecho de “dar cuerda”.

Estas cualidades son innatas en todos nosotros, y forman parte del sentido común, pero aún así nos cuesta mucho practicarlas, quizás porque no prestamos atención a que todos tenemos la capacidad y la posibilidad de motivar, o por el contrario, creemos que no es nuestro trabajo.

Ser tú mismo.

Decir las cosas tal y como las ves, esto es muy complicado, porque se mezclan sentimientos, inseguridades, por no quedar mal, por no hacer daño.

Decirlo es una cosa, y saber decirlo otra, por lo cual no se trata de soltar lo que pensamos caiga como caiga, se trata de saber decir lo que tú piensas, sin herir, sin despreciar, pero también sin “dorar la píldora”.

A mí personalmente, una herramienta que me permite desarrollar esta habilidad son “Los seis sombreros de E. De Bono”, porque sino, mezclo muchos los sentimientos, a la vez que no quiero quedar mal.

Ser sincero.

No mentir, esto es algo fundamental, y no solo me refiero a decir la verdad, sino también a que lo que dices tenga su reflejo en lo que haces, que cuando hablas de puntualidad no llegues 15 minutos tarde.

Hablo de sinceridad cuando te comprometes a algo y lo cumples, cuando verdaderamente has confiado tu palabra, y haces lo que tengas que hacer para cumplir.

Yo he sido el “rey de las excusas”, y muchas veces he mentido por quedar bien, o mucho peor, por no hacer frente a mis responsabilidades, ni que decir tiene el mal resultado que siempre me ha dado.

Recuerdo el sentimiento que tuve en mi primer trabajo, un jefe directo, hizo una referencia a mí diciendo: “falla más que una escopeta de feria”, son lecciones que aprendes y que enseñan otros aspectos de la sinceridad.

Ser sencillo.

No se trata de ser un “simple”, se trata de tratar a los demás como iguales, como personas a la misma altura que uno mismo, respetando, sin menospreciar al resto.

Esta es una de las cualidades más importantes, sobre todo para los líderes, en la cual demuestran su verdadera capacidad para las relaciones, así como para transmitir valores, y lo más importante la visión de una compañía.

Las cualidades aquí comentadas son algunas, seguro que hay muchas más, pero os aseguro que si somos capaces de desarrollarlas, de practicarlas, estaremos mucho más cerca de “dar cuerda” que de “dar caña”.

 

Espero que te hayan servido para reflexionar, y saber responder a la pregunta que planteamos al comienzo, ¿das cuerda o das caña?

Foto del blog de jeansolorzano.blogspot.es

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *